Creo firmemente que un tatuaje es mucho más que un adorno en la piel: es una forma de expresión profunda, un símbolo de identidad y una obra de arte que te acompañará toda la vida. Para mí, tatuar no es simplemente aplicar tinta, sino conectar con cada persona, escuchar su historia, entender lo que desea transmitir y transformar esa idea en una imagen única y significativa.

Trabajo de forma cercana, respetuosa y personalizada, sin prisas, cuidando cada detalle del proceso: desde el primer boceto hasta la última línea. Valoro la comunicación abierta, la honestidad creativa y la confianza mutua. 

Cada tatuaje tiene un propósito y merece toda mi atención, técnica y sensibilidad artística. Mi objetivo es que salgas no solo con un buen tatuaje, sino con una experiencia que recuerdes con orgullo.